lunes, 21 de diciembre de 2020

La última NAVIDAD de EMILIA

 

La última NAVIDAD de EMILIA

En el mes de diciembre de 1892 nuestra amada Madre se vio aún más quebrantada en su salud. De tal magnitud fue su gravedad que pidió al señor Arzobispo la gracia de hacer sus Votos Perpetuos. Le fue concedido el permiso. El 11 de diciembre, sus hijas, las Hnas., la llevan al pie del altar para hacer su compromiso definitivo con Cristo, el Amado de su alma, en artículo de muerte. El P. Machado, autorizado por el Arzobispo, recibe las sagradas promesas, sellando, así, su desposorio definitivo con Cristo. Estaba felicísima y hasta parecía que estaba en franca mejoría. Sin embargo, no fue así.

Su piedad y devoción aún le dio ánimo para arreglar por última vez el Portalito al Niño Jesús. Con muchísima dificultad respiratoria, apoyada en su silla o en el brazo de alguna de sus hijas, gozaba su corazón al hacer con tanto amor el pesebre al Divino Niño.

Llegó la Noche de Navidad y ella no tuvo otros pensamientos, otras ocupaciones. Pasó la noche en íntimos coloquios con el Hijo de Dios, hecho niño por nosotros. Las Hnas. la veían radiante, ensimismada en la contemplación de este gran Misterio del Amor de Dios. Sus corazones sentían una profunda tristeza al verla tan acabada y presentían que sería la última Navidad que pasaría con ellas. Les quedó el recuerdo imborrable de su ternura, delicadeza, amor entrañable, alegría, gozo espiritual y silencio con que vivió estos días.

Pidámosle que nos alcance del Divino Niño las gracias que necesitamos para vivir plenamente cada Navidad, celebrando el cumpleaños del Amor de Dios encarnado.