lunes, 12 de agosto de 2019

Madre Emilia y la Eucaristía



El amor a Dios, a la Eucaristía, de la Venerable Madre Emilia de San José se reflejaba en cada momento de su vida, especialmente en los que dedicaba a la oración, a la unión con Dios. Eran rasgos característicos que permitían, a sus hermanas y a quienes tuvieron la bendición de entrar en contacto con ella, asomarse a ese mundo interior en el que se encontraban en coloquio íntimo Dios y ella.
Los testigos nos dicen "que en su recogimiento exterior se veía, era tan notable, que una de las Hermanas que tuvieron la dicha de tratarla, años des­pués decía de ella: - Su amor más grande era la oración, y lo fue siempre. La conocí unos días antes de fundarse la Congregación, precisamente en la iglesia. De rodillas, muy cerquita del Sagrario, la veía permanecer horas enteras sin cambiar de posición. Durante la Misa, su actitud me encantaba; sus ojos clavados en el altar, sus manos juntas, y con un recogimiento tal, como si estu­viera contemplando a Jesús en el momento de ser crucificado" (Hna. Herminia de S. José, Caridad en Acción, in Summ. Doc., pág. 398).
Otro testigo afirma: "Cuando la Madre Emilia entraba en la Capilla se transformaba. Su modestia y recogimiento eran tan grandes, que nadie intentó nunca acercársele en esos momentos. Para las fiestas, ella misma con gran delicadeza y gusto adornaba. el altar. Le gustaba ver a Jesús con hermosos adornos, y Jesús se complacía en retornar sus finezas y en mostrarle de mil modos lo contento que estaba de ella" (Hna. Herminia de San José, Caridad en Acción, in Summ. Doc., pág. 40, § 340).
Alabamos y bendecimos a Dios por este ejemplo de santidad que nos deja nuestra amada Madre y le pedimos nos conceda la gracia de aumentar en nosotros su gran amor y devoción a Jesús presente en el Santísimo Sacramento del Altar.