TESTIGOS
DEL AYER
(Continuación del artículo
anterior)
MADRE
EMILIA
Comienzo fuera de sus
fronteras…Curazao.
Estando en vigor las leyes
guzmancistas, el Padre Olegario encamina a la Madre Emilia a que haga una
opción de consagración religiosa en el convento de Hermanas Terciarias
Franciscanas de Curazao. Con una recomendación de Mons. Críspulo Uzcátegui (el
mismo que abre la Obra de la Propagación de la Fe en Venezuela) se va dispuesta
a consagrase al servicio de los más pobres y enfermos. Enferma que se hace
enfermera.
Una vez en el Convento, la
Madre Emilia se enferma gravemente, y las superioras llaman a la familia para
que la puedan volver a casa. Esta misma salud precaria que la hará morir joven,
será para ella el lugar en el que Dios le va abriendo el camino de su
santificación. De vuelta a Caracas, su salud mejora un poco, pero no tanto como
se desearía, así que su padre la envía a Maiquetía para que termine de
reestablecerse. Madre Emilia vivió este tiempo entre la Misa diaria, el paseo
matinal y en constante encuentro de reflexión con el P. Machado.
El sacerdote ve en ella un
enorme espíritu de oración y de servicio y le invita después de varias
conversaciones a ponerse al servicio de los enfermos. Le asigna un enfermo
llagado, ella venciendo la humana resistencia comienza a limpiarlos, le trae
alimentos y le prepara para recibir los sacramentos. Madre Emilia, que había
ido a buscar su salud a Maiquetía, olvidándose de sí, comienza su MISION entre
los pobres, poco a poco intuye que el Señor le pide más y junto al P. Machado
deciden fundar una comunidad exclusivamente al servicio de los pobres*
(Hasta aquí el artículo de https://ompvenezuela.com/domund/
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*Es nuestra Congregación Hermanitas de los Pobres de Maiquetía
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